Sembrada en la horrible escarcha que esconde el farol de la muerte,
con las alas de alambre,
meciendo a un cisne roto,
me buscas y me llamas.
Ah...! terciopelo errante
que llegas hasta mi arrastrando tu coro de bestias,
que te alzas sobre las cosas como un diamante fatal
y me observas
y te acercas despacio porque estoy dormida
Yo que visto los tules del relámpago,
y soy un precipicio de páginas dementes
Tu collar de mendigos me sube por la espalda como una lengua pavorosa
Ay...ceniza encantada de un enorme castillo,
que duermes hundida en el espanto
marioneta quemada en mis cabellos:
¡Nada puedo hacer para salvarte....!
Yo también te buscaba...bajo la tinta espesa de un azul peligroso.
Yo buscaba una retrato y encontré una niña
No, yo no sé qué buscaba....
Ahora estoy corriendo hacia donde tú corres,
persiguiendo un fantasma de azúcar y serpiente....
con los pies desnudos,
el cuerpo envuelto en llamas
y harapos de ojos colgados de un rostro detenido.
Acércate y escúchame
Soy tu máscara antigua,
tu corona custodiada por un ramo de violetas.
(Cuidado: esas flores se alzarán y correrán hacia ti rodando desde la tumba de un niño)
Pequeña joya dolorosa: tienes que responder!!
con tu estatua de arcilla,
con la cruz o el relámpago,
con las voces del loco
en el minuto colosal de la miseria
(Alguien tiene que decirle
Alguien tiene que pedirle que duerma!!)
porque hay un himno que espera tu sangre
que derrama tu aceite sobre el mundo
con este pañuelo de conciencia
y este recuerdo brutal en el que quedo muda
porque has vuelto (pero no lo sabes)
con tu cuerpo bellamente agrietado
en la dulce arquitectura fantasmal del pensamiento
En la cólera auténtica resurgiendo en tu nombre
en la noche que vuelve, te envuelve y que te absuelve
con el eco triunfal de tu Santo Perfume.
No hay comentarios:
Publicar un comentario