Dios tiene tres llaves: la de la lluvia, la de la muerte y la de la resurrección (Ap. 12.12)
EL AMOR ES UN ROSTRO QUE NO SE ELIGE...
Y nosotros escapamos a las cavernas inhóspitas
A gritar nuestros acordes de miseria
A despertar con el “NO” y el espejo,
A firmar tratados con la sombra
Con llaves y desiertos cruzamos el signo
Aguardamos la carne errante,
La palabra y la duda
Entonces,
Repentinamente
Escuchamos al coro y a la estatua
Y podemos sentir el amor con su incendio maternal
Su carroza secreta
Su voz que nos enseña el lenguaje asombroso del dolor
Y nos acaricia como un ángel que pasa
Porque el amor es un rostro que nos elige
Para salvarnos
Con el fuego de la resurrección.
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