Y tú creces más sangrante, anémona inmortal (Pierre Jean Jouve)
Dueña de la otra mitad de la sombra de mi corazón quemado,
y canción quemada.
Cabellera en relámpago,
sirena demencial labrada por los demonios.
Mírame y deslízate, silueta impiadosa,
sangre de los patíbulos:
Te quedas acaso con mi mejor mitad de barro y fuego.
Recorrí tus entrañas llamándote y llamándote
Y nunca has respondido.
Majestad pantanosa,
serás juzgada por la carne de los muertos
Caminas entre árboles azules y la luz de los pájaros
Llevas la cruz abierta y el esqueleto cerrado.
Tu beso es la consagración de los fantasmas,
y la piel del acero.
Te alimentan mis cuervos solitarios y mis torres súbitas.
Hoy vienes a mí para reinar como una Gran Medusa
“Estás sentada a la sombra de un sepulcro,
a la derecha del mar,
y a la izquierda del demonio”
Dueña de la mejor mitad de mi silencio,
te buscaré inútilmente,
te buscaré en las llaves y en todos los cuchillos,
para tejer la muerte,
llevarte a la montaña de la anunciación
y destruirte.
Oh Poderosa!
Recorrí tus entrañas quemándome y temblando.
Y hoy serás juzgada y condenada
por la sangre de los muertos.
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