Regresa envuelto en la suave caricia de un astro
(Carlos Ortíz)
Alhaja que has brotado del mar
y al mar te entregas,
Tú no me conoces.
Acércate a mis terribles músicas
y óyelas sangrar.
Ven.
Ven como un recuerdo antiguo.
Eres el Gran Viento que ilumina esta sangre.
Ven como un caballo en pos de las tinieblas
y tócame.
Soy un enjambre vivo en las estrellas.
Vuelve de lo sagrado al mundo
como ha vuelto el pájaro a la noche.
Todos están muertos.
Pero tú, no puedes ser tan cruel
y escaparte de estas manos.
Tú no eres como esos peregrinos del infierno
que anidan su voz en los relámpagos.
Pastor tenebroso,
tu savia y tus anémonas,
tu voz de llaves viejas,
tu infancia que duerme en el vacío
y tú...¿duermes?
¿qué esperas para vencer al cuervo que congela a los muertos
y los vuelve misterio?
Muerte de trigo azul,
de espejos agónicos
de manos cuajadas de pinceles trágicos;
llanto de lobo,
lobo gris de la sombra...
¡Todos están muertos!
y tu sangre dormida en un arbol oscuro
¡Todos están muertos!
Oh! Levántate ya,
levántate
y vuelve.
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