te has hundido en las fauces de un jardín peligroso
y esperas tras la puerta de un castillo demente
susurrando la canción del miedo
Tu nombre está borrándose en las alas de un cóndor
yo lo veo caer pesadamente sobre mí
Desnuda y culpable
Siembras tu dolor bajo esa oscura huella
que nunca nunca te amará.
Un monstruo silencioso te agrieta la piel
tallando lentamente los cristales turbados de tu máscara eterna.
En la hiedra colérica, en el fango real,
algo te aguarda
y te escondes como un niño
Ah! mujer que estás bajo la tierra
no sé como salvarte
te has hundido a llorar
en esa ronda inmóvil de la que no se vuelve.
La bestia invisible volcará el ceniciento perfume
y abrirá tus entrañas
rugirá sobre ti con tu ropaje antiguo.
No te quedes temblando en el hueco maldito
no ruedes cada noche en la urna colosal de aceites
Emerge desde el fondo de la tierra
con tu arpa de Venus brillando sobre el mundo.
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