“Somos herederos de la gran soledad”
(Alfonso Solá González)
Somos del país del dolor,
el paso desterrado que heredamos cada noche junto a los rezos,
el que nos arrebata del mundo como de una madre loca,
nos despoja del miedo
nos deja desnudos con lo que somos,
y nos entrega estas lágrimas.
Habitamos el hueco de la lluvia,
él nos juzga y nos conoce
nos convierte en la mitad sonámbula,
en un coro de árboles que envejece a las musas.
Ningún gentil espanto se detiene a preguntarnos qué nos pasa.
El mar nos abandona.
Nadie nos salva.
SOMOS LOS MENDIGOS MÁS PEQUEÑOS DEL MUNDO.
El giro en todas las columnas del cielo,
como perros enfermos,
como polvo en el odio.
Vestimos el traje más amargo:
El cadáver inmenso que repta en el dolor.
Hoy se oye la canción que parte hacia la sangre...o que presiente la noche.
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