“Señores: este es el Reino de la Muerte...”
Infinita tristeza que nos muerde los labios
como una mujer cautivada por el cóndor de sueño,
en la ciudad maldita del trueno y el jamás,
junto a un hada misteriosa que contamina las flores y los perros...
y nos deja el abrazo perfecto del dolor
Aquello que nos hace dudar y volver la cabeza
con el peso de la heroica rueda fantasmal,
y un grito extasiado entre muros de arena,
en el umbral de los ciegos
y en ese hueco inmenso de la sombra donde lloran los niños...
corona exhausta de un guardián luminoso
que persigue a los hombres en un bosque cerrado...
bosque cerrado a dentelladas que se vuelve teatro de furia
Diminuta labor del horizonte
libera lentamente el polvo encadenado a un gigante de polvo
sorprende al payaso que tiembla ante la Gran Medalla Venenosa
extiende un ala de vapor ultravioleta
y se pone un antifaz dorado
para ordenar el incendio clandestino de la flor absoluta
batalla que se libra en un rincón peligroso
entre el humo y el licor
Señores, yo nunca he visto esa joya de ultratumba
aunque,
a veces
esa lengua oscura
enciende su abanico
y explota el capullo en letargo de su ardiente saliva
y susurra mi nombre
Ah..!peineta abismal que sacudes la trágica melena
¡Eres tú la que rondas
y perfumas los obscuros compases de mi sangre
con la canción más perversa del mundo!
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