viernes, 28 de enero de 2011

LA JUNGLA DE LA PACIENCIA

Saludaré a la triple flor,
al perro azul de ojos mágicos,
de andar extraviado.
Como un canto de burbujas,
hablaré de ti en la casita caprichosa de la ausencia,
criando animales de juguete,
fantasmas de coral y guillotina,
y geranios hechizados
Sacerdote imantado de cosecha celeste,
arena turquesa,
paje diabólico, lento, aletargado,
ave marina,
parra secreta,
padrastro de mi boca impura,
mago de los pulpos,
perfumista sagrado y cabeza de ángel,
dando alaridos te encontraré
en mi austera habitación de sangre,
para armar un cadáver solitario en el eco del espejo,
con todas las alas de un animal francés,
en el hueco mentiroso de una momia hueca,
en la saliva trastornada de un lobo azul de nácar,
en el polvo eucarístico de mi reloj de arena,
en la gran transparencia
donde un árbol agita mármoles de sueño


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