“Yo remonto con frecuencia la siniestra espesura de las cosas”
I
Habito los espacios delirantes
entre jade y estiércol.
Recorro el púlpito y el sabor del fuego
con esta sal amarga que me imponen las lágrimas
(donde el mejor monumento es un mar salvaje
y el peor momento es una estrella oscura)
II
Yo remonto con frecuencia la torrencial imagen de la imagen del loco
el acierto y la pirámide.
Sables en coros de tumbas.
Persigo a las serpientes que crujen en el vino
al amo del vino, al amo de las tumbas
y los otros espacios ajenos a las cosas.
III
Yo habito con furia los espacios que no existen,
la voz pletórica,
el corazón humeante de los cuervos
y la verdad en la altura.
Es la fuerza que permanece
sobre el mar de las cosas
que no permanecen.
IV
Yo remonto con obstinación la médula del bosque de caoba
el gozne que asemeja la sangre al azúcar
Cristal insólito en coraza y pesadilla.
Yo trasciendo con prisa el espacio agónico
y el temblor de las cosas,
la luna en aguasol, la rueda hermética
y un torbellino.
V
Yo regreso y extraño a los amos del regreso
a la sombra que palpita en el ron
“cuando el abismo fija sus malignos sellos”
y alcanzo el espacio oculto de las cosas
el juguete
donde se esconde un niño,
que duerme en un piano
y aprende los genuinos afectos.
Yo sueño que es un vástago acunando a mi serpiente
“bajo la nube quieta de un inmenso geranio”
Todo se remonta con frecuencia al aceitoso cuerpo del azufre
y al espacio donde las cosas cambian el instante y el hueco,
donde el bosque de caoba descubre una choza tendida en el infierno,
una barcaza inútil con “mi serpiente obstinada en reptar hacia el naufragio”
Allí donde las cosas pierden su color de fantasma
y mueren en las sales que mecen a la sombras.
Gracias a Aime Cesaire….con cuyo “aporte” (frases en negrita) me propuse crear un poema en conjunto
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