El horizonte no es eso que crees dormido
No es el lujo expresado debajo de las sábanas
No es la explosión sin ritmos ni la luz por donde escapa el universo
No es la mariposa en tu frente ni el nido abierto en tus entrañas
No es la sombra del mundo ni el hueco azul enlazado al infinito
No es una palabra nueva
No es la última espada del sol
Ni el duende arisco que se esconde cuando el mundo se esconde
El horizonte no habla de horizontes
Por eso no camina
No baila en medio del mar la espaciosa canción del mar
No escucha las olas agitarse y convertirse en pájaros
No ve los cadáveres entrechocarse como ecos despojados de nombres y pasiones
No conoce el lugar donde mueres
no ve tus lágrimas perdidas en la nube perdida de las lágrimas
No amontona a tus pies la monstruosa nieve ancestral
El horizonte no te dice "ven a mí"
No te guía en cifras ciegas o anónimas
En lenguajes desconocidos de únicas palabras elevadas
no espera al corazón invisible
El horizonte es eso que no está
Que no puede
que no debe
Que no sabe
Que no espera
Que no existe.